Pueden parecer una molestia pero después de lo que te vamos a contar, nunca más comprarás sandías sin pepitas.
Muchos de nosotros vemos las pepitas de la sandía como un estorbo para disfrutar de esta rica fruta veraniega sin valorar sus excelentes propiedades. Y es que las pepitas de la sandía son las malas de la película hasta tal punto que desde ya hace años podemos comprar las sandías «fashion», cultivadas sin pepitas.
Pero, además de estar riquísima y tener multitud de propiedades, la sandía ofrece un abanico insospechado de posibilidades en la cocina, y si no te lo crees, mira este artículo.
No volverás a tirar las pepitas de sandía
Pero en realidad, y desde el punto de vista nutricional, estamos perdiendo una fuente muy interesante de nutrientes, y es que el componente principal de las pepitas de sandía es la fibra, por lo que son una buena opción para combatir el estreñimiento. Además, los nutricionistas las destacan como una buena opción para aumentar la ingesta de proteínas vegetales en nuestra dieta (aportan 23’8 g por cada 100 gramos).
Recordemos que estas proteínas nos permiten el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos. Además, son una excelente fuente de grasas saludables: (47,4 g / 100 g), sobre todo de las de tipo poliinsaturadas (28,1 g/100 g), lo que nos ayuda a mantener a raya el colesterol. Además, son ricas en magnesio y zinc.
Valores nutricionales
Cada 100 gramos de pepitas de sandía te aportan:
Calorías: 557 kcal
Grasas: 47,3 g
Hidratos de carbono: 15,3 g
Proteínas: 28,3 g
Magnesio: 515 mg
Zinc: 10,2 mg