Los esguinces son lesiones molestas pero si además acostumbras a correr o a realizar cualquier otro tipo de deporte, el parón resulta particularmente frustrante. Te contamos las mejores técnicas para recuperarte.
El único que no sufre lesiones es el que no se mueve, e incluso ese también sufre problemas derivados de la ausencia de actividad física, por lo que sufrir un esguince de vez en cuando es algo para lo que tenemos que estar mentalizados, y saber cómo reaccionar. Si bien aquí te contamos cómo no frenar tus entrenamientos por una lesión, hoy nos centramos en una de las más comunes, sobre todo si practicas running: los esguinces.
¿Pero qué es un esguince?
Un esguince aparece cuando los ligamentos se distienden y ya no protegen la articulación, apareciendo el dolor. Los hay de varios tipos:
- Esguince leve: produce inestabilidad ligera
- Esguince de grado 2: causan dolor e inflamación y limitan la movilidad. Pueden tardar en curarse entre 4 y 8 semanas.
- Esguince de grado 3: significa una rotura completa del ligamento, y conlleva una pérdida funcional importante.
¿Cuáles son los mejores tratamientos?
- Reposo los primeros días, y si se puede apoyar el peso en una muleta, mejor.
- Aplicar hielo, también los primeros días, ayudará a reducir la hinchazón. Eso sí, ten cuidado de no aplicarlo directamente sobre la piel para evitar quemaduras por el frío.
- Un vendaje compresor te ayudará a tener más sujetos los ligamentos dañados.
- La elevación ayudará a reducir la inflamación igualmente.
- Rehabilitación: estará orientada a recuperar y prevenir nuevos esguinces en el futuro, a través del fortalecimiento de la musculatura de la zona.
Para prevenir futuros esguinces, bastará con calentar antes de comenzar tu práctica deportiva, cuidar el calzado deportivo y usar uno que agarre bien el pie, evitar superficies con mucha pendiente o irregular para evitar tropezones, y parar si notamos la más mínima molestia.