Incorporar un hábito nuevo en nuestro día a día no siempre es fácil, y muchos somos los que acabamos abandonando esos buenos propósitos, ya sean una dieta o ejercicio. Te contamos cómo incorporarlos para siempre en tu vida.
Aunque estemos decididos a incorporar un hábito a nuestra vida y estemos plenamente convencidos de los beneficios que nos va a reportar, no siempre resulta fácil mantener ciertas acciones en nuestra vida y lograr que pasen de propósitos a hábitos y de ahí a rutinas…
Pero no te preocupes, porque en Train and Fit queremos ayudarte a incorporar esos pequeños hábitos que a la larga te proporcionarán una mayor calidad de vida. ¡Con estos trucos psicológicos te será mucho más sencillo!
El punto de vista
Al principio comenzamos muy motivados con un hábito nuevo y no nos cuesta nada realizar la tabla de ejercicios que nos hemos propuesto, o seguir la dieta que el profesional al que hayamos acudido nos haya elaborado. Sin embargo, llega un día en el que la pereza nos puede y dejamos la constancia a un lado… En esos momentos, aconsejamos pensar en el autocuidado. Esto no significa comprarse un bolso porque, «autocuidado». Significa ser conscientes de lo que nos hace bien, y realizar estas rutinas.
La flexibilidad
No lo vivas como una obligación ni como un todo o nada. Porque un día no hayas podido seguir tu dieta o entrenamiento no quiere decir que ya hayas perdido todo el progreso que llevas, o que no vale la pena seguir esforzándonos. Además, elegir una rutina en vez de vivirlo como una obligación nos ayudará a tener mayor adherencia y, por ende, a poder implementarla en el tiempo.
Fragmenta tu objetivo en pequeñas metas
Si te propones perder 10 kilos por ejemplo, puede que te desanimes si a las pocas semanas la báscula no refleja un número que tú consideras adecuado. Sin embargo, si te propones perder 500 gramos cada semanas, irás obteniendo cada poco tiempo, cada semana cuando te peses, la satisfacción de ir consiguiendo ese pequeño logro que te has marcado. ¡Menos frustración!